miércoles, 5 de febrero de 2014

Publicidad fúnebre porfiriana: entre  lo afrancesado y la higiene

La clase alta porfiriana trataba de modernizarse cada vez más. A  fines del siglo XIX y principios en la Ciudad de México,  se vieron cambios en la forma de vida (y de muerte) de estos grupos mediante. Esto fue gracias a  la introducción de empresas  que, hasta ahora no existían y que buscaban  facilitar un momento difícil como la partida de un ser amado.
Esta ayuda consistía en contratar los diferentes servicios que se  necesitaban al momento de la muerte, el ataúd, flores, velas, mausoleos y lápidas  y sobre todo el traslado a los nuevos cementerios. Durante el Porfiriato es que surgen los nuevos cementerios  externos a la Ciudad de México y por lo tanto debe existir un transporte que evite a los familiares llevar en hombros el ataúd. Para las distancias largas se utilizaron  tranvías que tenían costos variables dependiendo la categoría, lo cual  estaba en razón del bolsillo de la familia.  En ese momento la publicidad no era muy sutil, más bien, era descriptiva y directa  y mostraba directamente los servicios prestados. Como auxiliar de publicidad se hacían dibujos o se presentaban fotos en las publicaciones periódicas, que mostraban la diversidad de  oferta fúnebre. 


Los cementerios de la época buscaban antes que nada evitar los entierros en el interior de las iglesias y en el atrio. En aquella época para ser moderno habría que ser ordenado y desde luego limpio. La higiene se trasladaba a lo social en este caso un espacio específico y nuevo en la imagen de la Ciudad de México: el cementerio extramuros. Este espacio, por un lado era la solución a los atiborrados cementerios de las iglesias y por otro un muestrario de los estilos, normalmente franceses que imperaban en la estilística fúnebre de fines del siglo XIX  y principios del XX. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario